Operacion Edimburgo - Segunda Parte

Después de hacer mi camino ebrio hacia la estación del tren y llegar milagrosamente, tuve que esperar media hora en la entrada de la estación ya que yo no tenia mis tickets para el viaje y es un requisito para la entrada a las plataformas. Intente, aun ebrio, llamar a mis amigos desde un teléfono publico aunque sin resultados [después me entere que no tenían batería en los celulares]. No hubo otra opción que sentarme en mi maleta en espera de su llamada, aparición, de una posible colación sin boleto o en el ultimo de los casos de comprar un boleto a cualquier lugar para que pudiera pasar. Por fin, 10 minutos antes de abordar, llamo uno de ellos y me trajo los boletos con los cuales entre [obvio pendejo]. Visualicé a mis amigos vivitos y coleando en un café desayunando como si nada los pendejos mientras yo me cargaba litros de Budweiser en la panza y mis sentidos seguían atrofiados. Como sea, nos dirigimos a la plataforma y apareció un tren, bueno de hecho el tren mas sucio y culero que haya visto en la ciudad. Definitivamente era una reliquia de la Segunda Guerra Mundial, bueno tal vez no tanto pero si estaba bien chafa. Preguntamos si era este nuestro tren y como mexicano alcohólico a las 6 en el metro recién salido de la peda, me aperre mala-copamente [del verbo mala-copear, yo mala-copeo, tu mala-copeas, el malacopea...etc.] hasta adelante de la cola y metí a la banda asiática [2 Tailandeses y 2 Chinos] así que agarramos los mejores lugares que pudimos para nuestros traseritos y nos acomodamos de putazo cómodamente mientras la perrada se peleaba por un pinche asiento como mariquitas junto a su amigo[a]s.

Los recuerdos, ya en el tren, los tengo bien presentes aunque puedo decir que me cargaba la que hace chámacos [y no es la mama ni la cigüeña] pues me sentia muy mal. En mi mente, había 5 cosas: 1) Música, 2) Las imagenes de la peda, 3) La expresión: "No volveré a chupar" [o al menos no antes de un viaje] 4) Que me esperaban las 4 horas mas odiosas de mi vida y 5) Mantenerme despierto, aunque no cabe en mi cabeza una razón para haber pensado en permanecer despierto. Sin embargo apenas pasados unos minutos todo se derrumbo y mi cabeza ya no pensaba así que era hora de tratar de dormir. Logre dormir por lapsos de unos 10 o 15 minutos durante todo el viaje lo que lo hizo aun mas agotador el recorrido. Este hecho sumado obvio a la peda + el clásico cristalazo en la ventana + que no había lugar ni para recargarse mas que la mesa hicieron que el recorrido fuera como ir en la rueda de la fortuna sin parar una y otra vez.

Durante el recorrido se unió un Tailandes mas en Sheffield. Cagadisimo el wey, si, C-A-G-A-D-O. Imaginen a un chino hablando ingles como tartamudo y con ruidito ese raro que algunos hacen cuando pronuncian la s con la lengua entre los dientes, bueno así estaba el wey. Como sea, ahora eran 5 asiáticos contra un chilango y pues claro que no me iba a dejar aunque bueno estaba muy ebrio para mostrar indicios de superioridad ante ellos.

Después del interminable choque de mi cabeza contra el cristal, veía el mar, era buen indicio. Pregunte cuanto faltaba y me dijeron que alrededor de 40 minutos lo que me pareció mucho mejor. Me mantuve despierto desde este punto, aunque cuando empeze a tener nauseas, dolores de cabeza y a sentir que moriría; no parecía tan buena idea el hecho de haberme quedado despierto.

Las vistas desde el tren

Finalmente, anunciaron la llegada a Edimburgo. Mi cabeza no podía mas, me sentía demasiado mal por lo que puedo asegurar que esas chelas si estaban adulteradas. Salí lo mas rápido que pude del tren ya que sentía la "vasca" venir, lo que afortunadamente no paso. Opte por comprar 2 Red Bulls que me chute de putazo y que al hacer efecto me hicieron sentir mucho pero mucho mejor. Mi mal estado durante la llegada ni siquiera me dejo apreciar lo bella que esta la estación del tren, con un estilo antiguo y compacto que combina con la ciudad. Después del "redbullazo", fuimos a buscar el hostal para después comenzar el turisteo...